Pedofilia

Un tema difícil en el que iniciaremos diciendo que los actos de pedofilia son un escándalo para quienes intentamos vivir siguiendo las enseñanzas de Jesús y, como es lógico, los mandamientos de Dios; el escándalo es mayor cuando quien comente tal aberrante hecho es un sacerdote, de eso no cabe duda.
Pero no podemos dejar de señalar que esta triste realidad ha sido usado por los enemigos de la Iglesia para golpear con fuerza la fe de los católicos, lo curioso es que por otro lado esos mismos grupos que señalan y acusan a la Iglesia por abusos sexuales a menores supuestamente cometidos por miembros del clero católico, apoyan la despenalización de la pedofilia en congresos y cortes.
Pero, ¿es verdad todo lo que dicen sobre los miles de niños abusados por miembros del clero?, veamos lo que nos dice Brendan O’Neil, editor de la revista Spiked, quien -hay que resaltar- es ateo:
"¿En realidad 10 mil niños en Estados Unidos y otros miles más en Irlanda fueron realmente violados por sacerdotes católicos? En una palabra, no, lo que ha sucedido es que en el cada vez más agresivo y casi inquisitorial mundo del lobby ateo y antipapa, toda acusación contra un sacerdote católico se ha colocado bajo el título de 'violación' y ha sido descrita como verdadera sin importar si ello terminaba en juicio o en una condena", explica.
Para O’Neill, "la frase 'sacerdote pedófilo' se ha convertido en parte habitual de la jerga cultural cotidiana y hace que muchos, cuando leyeron en el diario Independent (de Inglaterra) la semana pasada que "más de 10 mil niños han salido a la luz a decir que fueron violados (por sacerdotes católicos), hayan pensado probablemente, 'sí, es posible'. Pero lo cierto es que no es verdad".


El columnista explicó que de las 10,776 acusaciones entre 1950 y 2002 contra 4,392 sacerdotes en Estados Unidos, solo 1,203 fueron consideradas violaciones. Cuestionó la manipulación de las cifras que hace Independent y precisó que para el lobby ateo y antipapa "todo sacerdote es culpable de lo que se le acusa sin importar si fue imputado o no por una corte".
O’Neill también sostiene que "en 2009 la prensa irlandesa y británica dio a conocer que 'miles de niños fueron violados' por sacerdotes católicos y religiosos en escuelas de Irlanda. La realidad es que 242 varones presentaron 253 informes sobre abusos sexuales en estas escuelas ante la Comisión que investiga el tema. De estas, solo 68 resultaron ser violaciones. Una vez más, no todas las alegaciones resultaron en condenas".
¿Cómo entonces 68 acusaciones sobre violación hechas contra el personal de escuelas irlandesas en un periodo de 59 años se pueden traducir en titulares que hablan de miles de violados?" cuestiona O’Neill y él mismo contesta: "una vez más, todo lo que tenía que ver con golpes, abusos o maltratos –que sufrieron miles de irlandeses en escuelas– fue colocado junto la palabra violación, creando la imagen de ser una institución religiosa que viola niños diariamente".
Pero ¿Qué hace la Iglesia en los casos en que realmente hubo un acto de pedofilia?Un experto en derecho canónico, el P. Damián Astigueta, y en el proceso que se sigue con los sacerdotes católicos cuando son acusados de abusos sexuales explicó detalladamente cómo son los procedimientos que sigue la Iglesia en estos casos.
Cuando el obispo recibe la noticia de que se ha cometido un abuso tiene la obligación, una obligación seria, de intervenir.

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En primer lugar, el obispo debe intervenir a nivel judicial, alertando a las autoridades civiles, y también a nivel pastoral en un proceso que varía según cada país.
A nivel pastoral, los obispos desde el principio deben dirigir su atención inmediata a las víctimas "para acogerlos y ayudarles a entender que no estamos en contra de ellos y buscamos la verdad".
Una vez comenzada la investigación, el obispo puede, pero sin estar obligado, aplicar una "medida cautelar", que es un tipo de medida disciplinaria que se ejecuta para evitar que "el proceso sea contaminado".
Un sacerdote, por ejemplo, podría tratar de presionar a una víctima para que se retracte en su declaración, por lo que el obispo puede decidir "distanciar" al sacerdote del proceso.
Esta opción también podría hacerse en situaciones donde existe el riesgo de un escándalo grave.
Luego se sigue una investigación canónica y el proceso en sí mismo que concluye con la declaración de inocencia o culpabilidad del acusado.
Cuando el sacerdote es declarado culpable, el obispo debe hacer cumplir la sentencia que se le impone, e incluso puede ser quien haga cumplir el decreto de dimisión del estado clerical que tiene la autoridad de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el departamento del Vaticano que se encarga de estos casos.
El P. Astigueta también se refirió a los casos en los que el obispo trata de manera negligente las acusaciones de abusos sexuales. En algunos casos la negligencia, por su gravedad, puede llevar a la destitución del prelado.
En el caso de la expulsión por negligencia, el obispo debe renunciar porque "no actuó como debería", precisó el experto.
Algunos ejemplos de negligencia son la reubicación de los sacerdotes acusados de abusos, en vez de iniciar el proceso de forma inmediata, no tomar medidas cautelares contra un sacerdote acusado de abuso; o no percatarse de otros abusos cometidos anteriormente y/o no seguir el protocolo requerido por las disposiciones eclesiales.
Dimisión del estado clerical
Cuando un sacerdote es declarado culpable de abusos sexuales, la pena máxima que puede recibir en el ámbito eclesial es la expulsión del estado clerical.
En la práctica, esto significa que se le prohíbe de modo permanente el ejercicio de los derechos propios del estado clerical como celebrar Misa, oír confesiones y administrar los demás sacramentos.
También queda exento de sus obligaciones como el rezo de la Liturgia de las Horas y la obediencia al obispo.
Aquí es importante de no entender la dimisión como una "reducción al estado laical", ya que esa aproximación lo que hace es aproximarse al laicado "de manera despectiva, como si fueran algo menor" cuando no es así.
Sin embargo, precisó el experto, la dimisión del estado clerical no significa, en estricto, que el sacerdote ya no sea sacerdote, puesto que el sacramento del Orden imprime en el varón que lo recibe "un signo ontológico" que nunca perderá.
Además, dijo el experto, un hombre que pierde el estado clerical podrá ejercer su ministerio en algunos casos excepcionales, como cuando alguien en peligro de muerte le solicita los sacramentos.
La Iglesia Católica es la única institución que tiene una legislación específica para sancionar a quienes hayan cometido abusos sexuales a menores, ojalá que a futuro otras instituciones sigan su ejemplo, y que la intención vigente al momento, de legalizar la pedofilia no llegue a verse como un derecho como a ocurrido con otros casos de inmoralidad que hoy son defendidos por moros y 'cristianos de mente abierta'.

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