LA REVELACIÓN PROGRESIVA
Dios es eterno e inmutable, ajeno al tiempo y al espacio humano. Sin embargo Él mismo ha decidido irnos revelando poco a poco todo sobre su persona y su plan de salvación para el hombre.
Es cierto que el ser humano desde sus comienzos ha estado en busca de Dios, pero esa búsqueda los ha llevado a una visión imperfecta de Dios. Las culturas antiguas atribuían lo desconocido a la luna o el sol; pero era una actitud que estaba reconociendo algo superior a ellos.
Dios había creado todo el Universo y al ser humano, y era posible por medio de esto reconocer la existencia de Dios (Rom 1, 20-23)
Las culturas antiguas: egipcia, cananea, siria, babilonia eran politeístas; muchos dioses conformaban sus templos sagrados. Israel en cambio fue monoteísta y cada vez fue perfeccionando su conocimiento de Dios.
La Revelación de Dios en si mismo
Dios inicia su revelación valiéndose de "vías”. "Estas vías para acercarse a Dios tienen como punto de partida la creación: el mundo material y la persona humana”.(CIC 31). La misma Biblia nos lo muestra en (Rom 1, 18-20). Esto se confirma por la misma búsqueda del hombre como ser espiritual tratando de responder a las cosas que no entienden.
Dios empieza a mostrarse cuando llama a Abrahan para que lo siga:
Abraham: Dios lo llama, tal vez valiéndose de los mismos dioses que seguía Abram. Pudo el Señor valerse de esa creencia para empezar un proceso de llamado personal y de transformación en la concepción religiosa del patriarca. Se muestran tres conceptos muy comunes en las retribuciones divinas al accionar del hombre: bendición, protección y promesa. En este punto vemos a Yahvé actuando como los orientales veían las acciones de los otros dioses. Incluso el pasaje del sacrificio de Isaac muestra como los hombres ofrecían a sus hijos, pero Yahvé muestra su poder para no necesitar de una vida humana para bendecir al hombre.
- Gen 12, 3: bendición
- Gen 15, 18: promesa
- Gen 14, 20: protección
Moisés: En Moisés empieza Yahvé a revelar a un Dios de pacto, pero a la vez un Dios que empieza a exigir fidelidad a su pueblo. El Señor entrega una ley para cumplimiento como muestra fidedigna del merecimiento de las bendiciones de Dios:
Si escuchan mi voz y observan mi pacto serán para mí, entre todos los pueblos la porción escogida. Y serán para mí un reino sacerdotal y una nación santa” (Ex 19, 5-6)
Con Moisés, Yahvé empieza a revelar que El es el único Dios, enfrentando el concepto de otros pueblos de tener varios dioses.
Con los profetas se empieza a mostrar cualidades únicas de Dios.
- Isaías: Dios es santo: (Is 6, 3)
- Oseas: Dios es esposo fiel (Os 2, 19)
- Amos: Dios es justo (Am 5, 24)
- Jeremías: Dios es interior (Jer 24, 6)
En Jesús viene la perfección de Dios.
Jesucristo como hijo de Dios viene a culminar y perfeccionar la imagen de Dios. No se puede pensar que venga a contradecir a los profetas. Muchos han querido anteponer la justicia con la misericordia; sin embargo en el Antiguo Testamento encontramos las muestras de misericordia de Dios
Gen 18, 20-33. Abrahan intercede por Sodoma y el Señor le muestra que con unos pocos que se conviertan El tendrá misericordia de todo el pueblo. Igual revela Jesús cuando reconoce la conversión final del corazón en los publicanos y prostitutas frente a la actitud de las autoridades
Ez 18, 21-31. Ezequiel proclama el anuncio del Señor invitando a la conversión del pecador. Es la misma actitud de Jesús cuando dice: "Hay gozo entre los ángeles de Dios por un solo pecador que cambie de corazón y de vida”.
Zac 7, 9-10. En Zacarias, Yahvé revela lo que quiere del hombre: sinceridad, bondad y compasión. Es el hombre quien se desvía. Jesús revela lo mismo del hombre en la comparación del buen samaritano en donde lo que prima es la compasión o misericordia.
Os 6, 6. En este texto, el Señor nos enseña lo anhela que tengamos: misericordia y no sacrificios. Jesús reafirmará lo mismo
Podemos observar que el designio del Padre está muy bien expresado en la Antigua Alianza. Su amor infinito ya estaba latente, aun cuando fue el hombre quien llenó a Dios de ritos y lo empezó a alejar. Jesús viene a mostrarnos que Dios es nuestro "papito querido”. Un Dios personal, intimo, que nos habla al corazón; un Dios que está totalmente reflejado en Cristo Jesús.
La Revelación de su plan de Salvación.
De igual modo, el Señor ha ido poco a poco revelando su plan de salvación. Este plan ha sido trazado desde su eternidad.
"En Cristo Dios nos eligió antes de que creara al mundo para estar en su presencia santos y sin mancha” (Ef 1, 4)"Ahora nos ha dado a conocer, mediante dones de sabiduría e inteligencia, este proyecto misterioso suyo” Ef 1, 8)
Vemos que el plan de Dios está trazado desde antes de habernos creado. Pero ¿qué iba salvar Dios? Al hombre
El hombre cayó en desobediencia y por tal motivo el pecado entró en la humanidad. Dios sentenció al hombre y a la mujer, y maldijo a la serpiente. Al mismo tiempo anunció su plan
Este anunció de Dios que aplicaba a todo el linaje humano tuvo un pueblo escogido para llevar la bendición a los demás (Deu 7, 6-8)
Este pueblo tuvo unos padres: Abrahán, Isaac y Jacob. Y la promesa de salvación vendría del descendiente de un patriarca:
"El cetro no será arrebatado de Judá ni el bastón de mando de entre sus piernas hasta que venga aquel a quien le pertenece y a quien obedece los pueblos”
Esa promesa de salvación se fue enriqueciendo y ya Israel la tomaba para sí.
Textos alusivos a la revelación del plan de Dios
- Is 66, 18-24. Anuncia como los paganos entrarán en el Reino. Prefigurando (Gal 3, 26-29)
- Is 11, 1: Anuncia el nacimiento del Mesías
- Jer 23, 5: Anuncia como descendiente de David al Mesías
Ya el Evangelio viene a completar o perfeccionar las prefiguraciones del Antiguo Testamento.
Jesús anuncia: "El Reino de Dios está ahora cerca”(Mt 10, 7)
Se anuncia como la Puerta, el Camino, Luz, todo esto confirma la forma en que Dios nos salva a través de Cristo.
Finalmente Jesús deja su Iglesia con una misión: (Mt 28, 1-20) y con una promesa Mt 16, 18)¸y una presencia divina para velar por el cumplimiento del plan (Jn 15, 26); (Lc 24, 49); el anuncio de su regreso (Mt 25, 31-33)¸y la vida eterna para todos (Jn 10, 28)
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